sábado, 25 de febrero de 2012

Capítulo 17.

                                        #Narra Marcos#
Ya habían pasado más de dos semanas, yo había empezado el año sin saber nada de ella y el instituto estaba a punto de comenzar. Muchas veces había pensado en llamarla o en quedar para hablar las cosas y arreglarlo todo, y que ella volviera a ser la gran pieza que ahora mismo no formaba parte de mi vida pero que tanto necesitaba. Sonó el telefonillo.
-¿Si? -respondí.
-Mmm.. ¿está Marcos? -dijo temblorosa una voz conocida- Soy Ashley, una amiga del instituto.
-Eh, -me quedé paralizado- sí, soy yo.
-¿Puedes bajar un momento, por favor?
-Sí, ya, ya bajo. -Bajé las escaleras lo más deprisa que pude y llegué al portal- Dime Ash.
-¿Sabes dónde puede estar Tom? Es que le tengo que dar una cosa pero no me coge el móvil.
-No, no tengo ni idea. -Mierda, pensaba que venía a pedirme perdón, definitivamente soy gilipollas.
-Bueno, gracias de todas formas. Adiós.
-Ash, -la agarré de la muñeca- yo quería emm... quería hablar contigo sobre lo que pasó el día de las balsas y todo eso.
-No hay nada que hablar Marcos.
-Pero déjame que te lo explique, por favor. -La agarré más fuerte.
-Suéltame, me tengo ir. -Dijo muy seria.
-No, tienes que escucharme. -La senté en el portal delante de mí- Ashley, lo siento mucho, de verdad.
 
                                        #Narra Ashley#
-No Marcos, un lo siento ya no es suficiente, si no llego a pararte Dios sabe la que se hubiera armado ahí y como habría terminado Lucas, no tenías derecho a tratarle así, ni a mi tampoco.
De repente las ganas de llorar me inundaron al mismo tiempo que recordaba la imagen de Marcos marchándose de allí y Lucas sentado en una piedra mareado y sangrando. La verdad es que no me hacía falta ni pensarlo dos veces para saber detrás de quién salir corriendo, pero en este momento algo me impedía ir a por Marcos. No le podía perdonar lo que le acababa de hacer a Lucas, pero lo que más quería ahora y siempre era estar junto a él. Tenía muchas dudas, era la primera vez que dos de mis mejores amigos se peleaban por mí, y no me daba mucho gusto que me convirtieran en un ''premio'' que deberían de ganar a base de fuerza bruta.

-Joder Ash, entiéndeme. -Dijo al borde de las lágrimas.
-¿Qué quieres que entienda? Venga ya Marcos, no tienes excusa.
-Es verdad, no la tengo, pero si tengo motivos y con sólo uno me sobra.
-¿Cuáles? -dije dudosa.
-Que después de todo sigo sintiendo que tengo que proteger a esa chica solitaria que pensaba que era fuerte, que tengo que cuidarla y evitar que le hagan más daño del que ya le han hecho, que tengo que guardar como un tesoro cada palabra que me dice, que tengo que ser fuerte por ella, para que nunca le pase nada malo si está conmigo, que sigo sintiendo lo mismo o incluso con más fuerza lo que sentí el día que me enamoré de ella; Ash, que te quiero.


Continuará..

sábado, 18 de febrero de 2012

Capítulo 16.

                                        #Narra Marcos#
Pufff... es preciosa.
-¡Tío! -dijo Harry, un amigo del instituto, dándome un puñetazo en el hombro- Despierta. Te has quedado embobado mirándole el culo a esa. ¡Está buena!
-Ni la mires. -Respondí cortante- Y no le estaba mirando el culo, gilipollas.
-Bueno, bueno, lo que tú digas, no me vayas a pegar por esa.
Me levanté y fui tras ella, cuando la noté lo suficientemente cerca olí su colonia, volví a echarle un vistazo a su perfecto cuerpo y la agarré. Sentí su cuerpo junto al mío, como Ash se extrañaba pero no sentía miedo, como se reía al comprobar que era yo, como me miraba y sonreía al mismo tiempo. Echaba de menos esta sensación, estar juntos sin más barreras que nuestra ropa, abrazarla y acariciar su suave piel, hacerla mía por momentos... La quería, desde el primer momento en que la conocí, y nadie podría llegar a quererla como yo.
Recuerdo que llevaba esa misma falda el día que me enamoré de ella. Era una noche de Agosto, de éstas en las que resfresca y no apetece quedarse en casa, una semana antes de la feria. Tom y Brenda no llevaban ni una semana saliendo, pero parecía que llevaran años; entre ellos se movía un aire especial, mucho amor y ganas de amar, pasión en cada beso, ternura en todos los abrazos y mucha confianza, como si llevaran toda la vida juntos. Y ahí estábamos nosotros. ''Cuatro pelagatos'' medio borrachos en medio de un parque solitario, entre botellas, vómitos y paquetes de tabaco vacíos, buscando la felicidad en el fondo de botellas de cerveza, todos, todos menos ella. Una chica preciosa, muy arreglada, sentada en el césped sola, llorando. Mientras, sus amigas iban borrachas y riéndose con las cervezas vacías en las manos, diciendo gilipolleces y pasando de ella. Aquella chica estaba ahí, sin un mililitro de alcohol en sangre y algo extraño me atraía a ella.
-Mmmm... -me senté a su lado- eres Ashley, ¿no? -había oído hablar alguna que otra vez de ella y creo que la había visto en el instituto.
-Sí, -dijo secándose las lágrimas con las manos- ¿te puedes ir, por favor?
-¿Tienes frío? Llevas la piel de gallina.
-No, estoy bien, déjame tranquila.
-Estás helada. -le acaricié el brazo.
-¡No me toques subnormal!
Era frágil y al mismo tiempo dura, independiente, o eso quería parecer, pero sus lágrimas rompían su caparazón construido con soledad, insultos y el miedo a volverse a equivocar. Me quité la chaqueta, se la puse sobre los hombros y la abracé. No la conocía de nada, pero sentía que esa chica llegaría a ser alguien demasiado especial para mí.
-¿Así mejor?
-No. -dijo fríamente.
-Entonces, -hice ademán de levantarme- mejor me voy.
-No te vayas. -me abrazó y me volvió a sentar a su lado.
Nos pasamos dos o incluso tres horas allí abrazados, sin movernos, sin hablar, mirándonos a los ojos y acariciándonos suavemente. Desde entonces, empecé a sentir por aquella desconocida lo que no había sentido nunca antes.
Salí de mis pensamientos y volví a la realidad. Le besé en el cuello y la abracé más fuerte.

                                        #Narra Ashley#
-Marcos, -no sé por qué, pero no estaba enfadada con él- suéltame anda, que me tengo que ir.- Me di la vuelta y me quedé mirándolo mientras él me abrazaba.
-Dios, que guapa vas hoy, no hacía falta que te arreglaras tanto para mí. -Bromeó.
-¿Para ti? Pues no sueñas tú ni nada cariño. Me voy de fiesta a pillar una buena borrachera; hay que ir vestida para la ocasión.
-Ah, bueno, si es para eso te dejo marchar. ¡Luego no pienso hacerme cargo de ti! -Gritó desde lo lejos.
-No te preocupes, no quiero que lo hagas. -Le respondí y le guiñé un ojo- Vamos Sus, que he encontrado a la clase. -La cogí del brazo y salí corriendo buscando a las demás.
En menos de 10 minutos la plaza se desalojó y nosotros ya habíamos decidido lo que hacer; todos a las balsas de botellón y luego a la discoteca.
Llegamos a las balsas donde estaba todo el pueblo, o incluso más. Era una gran explanada de tierra, debajo de la ermita, donde el único sitio donde te podías sentar o dejar el chorro eran las grandes piedras y los restos de los muros de lo que hace muchísimos años fueron balsas. Después de saludar a todo el mundo sacamos las botellas y empezamos a beber. Era alucinante ver como todo el pueblo se emborrachaba a la vez, cada 15 pasos encontrabas a alguien vomitando o mareado, y la verdad, daba un poco de pena.
Una tras otra las botellas iban desapareciendo y cada vez me encontraba peor, y cuando ya no quedaba nada iba a beber del vaso de algún conocido.
-¡Lucaaaaaaaaaas! -grité desde la piedra en la que estaba sentada- ¡Ven, ven, pero trae el vaso!
-¡Vooooy! -dijo mientras venía hacia a mí con un paso torpe- ¿Qué quieres? -se agachó y puso de cuclillas enfrente mío.
-Dame. -Extendí los brazos y abrí y cerré las manos unas cinco veces seguidas en señal de que me diera de su vaso.
-Toma, todo pa' ti. -Me dio el vaso, se sentó a mi lado y me abrazó.- Tengo un mareo y un calor que flipas. -Empezó a reírse como un loco.
-¡Jejeje! Que tonto eres, suéltame anda, que se va a poner tu amor celosa.
-Me da igual, aún no estamos saliendo, y yo te quiero muuuuuuucho Ash y me gusta abrazarte, por eso te abrazo.
-Ah, bueno, pues entonces tú abrázame que a mi me da igual. -Dejé el vaso en el suelo y le devolví el abrazo.
-Ai, ai, ai, mi Ashley como la quiero. -Me cogió de la barbilla, me giró la cara suavemente y empezó a acercarse a mis labios, cerré los ojos y esperé a que llegase el momento.
De repente, llegó Marcos corriendo y gritando.
-¿¡Qué coño vas a hacer hijo de puta!? -Agarró a Lucas de la camiseta y lo levantó en peso.
En ese instante Marcos le dio un puñetazo en la cara a Lucas, y él que iba borracho le pegaba como podía. Marcos mandaba puñetazos en todas las direcciones y yo no podía hacer nada, me había quedado paralizada mientras Lucas recibía la paliza de su vida.
-¡Marcos, suéltalo! -Me levanté, me acerqué a él y le miré a los ojos rogando que parara.
-No te acerques más a Ashley. Nunca.-le dijo con tono firme y que a mí, me daba bastante miedo- No te quiero ver más. ¿Me entiendes? -Lo soltó.
Marcos se apartó un poco y Lucas se tambaleó un poco recobrando el equilibrio.
-Yo voy a hacer lo que me de la gana, -Lucas me agarró y me pegó a él- y si la quiero besar, la voy a besar. -Y me besó.
                                        #Narra Marcos#
No. No podía estar pasando esto. No podía estar besando a otro. Apreté los puños y me fui, estaba ardiendo de rabia. Salí corriendo de allí esperando que Ash me siguiera, que me cogiera del brazo suplicando que me quedara con ella y que me besara y me abrazara como nunca lo había hecho, necesitaba que me quisiera como yo a ella... pero estaba claro que eso no iba a pasar.

Continuará...

sábado, 11 de febrero de 2012

Capítulo 15.

Llegué a mi habitación y me tiré en la cama. Había pasado una mañana maravillosa con Lucas y nada podría estropearme el día, o eso pensaba yo. Decidí meterme a tuenti, ya que mi madre aún no había terminado la comida, en cuanto lo hice alguien me habló:

-----------------------Conversación chat------------------------
Lucas: Viciaaaaaaaaaaaada :))
Yo: Tssssss... cállate, que aquí el viciado eres tú ;)
Lucas: ¿Quedamos esta tarde?
Yo: Pues venga, que al final no me has dicho quién es tu amor ¬¬
Lucas: ¡Jajaja! Ni te lo voy a decir. Esta tarde a las 5 y media en la plaza, ¡no llegues tarde, tonta!
Yo: Venga vaaaaaaale. Me voy a comer, te quiero idiota :BB
Lucas: Te quieeeeeeeeeero:)
---------------------Te has desconectado-----------------------
Terminé de comer, eran las 4 y 20 y empecé a arreglarme.
Típico dilema. -¿¡Qué coño me pongoooooooooooo!?- Grité para mí pero en voz alta.
-¡Ashley, la boca!- Dijo mi madre desde el salón.
-Que sí, que sí.- Cerré la puerta y encendí la música dejando a mi madre hablando sola.
Empecé a sacar cosas del armario, pero como no encontraba nada decente, encendí la plancha y fui a ducharme. Cuando salí me dí un repaso para que mi pelo quedara perfectamente liso y volví a mirar qué me ponía. Al final quedé satisfecha con mis vaqueros color cámel, mi camiseta rosa, la chaqueta vaquera, un pañuelo rosa y los zapatos cámel. Eran las 5 y cuarto, como la plaza estaba un poco lejos salí con tiempo. Cogí las llaves, unos cinco euros en monedas, el móvil y salí de casa.
Llegué y me senté en un banco que estaba al lado de la fuente a esperar a Lucas. El tiempo pasaba y yo me desesperaba cada vez más, así que saqué el móvil y me puse a jugar. Eran menos cuarto y Lucas no había aparecido. Cuando fui a levantarme apareció, ¿cómo no?
-Hombre, si al final has venido y todo.- Dije un ''pelín'' enfadada.
-Lo siento, -agachó la cabeza- me he entretenido hablando.
-Bueno, bueno, esta vez te lo perdono, pero que no vuelva a suceder.
-Claro, lo que usted mande.- Se sentó a mi lado y no pude evitar ponerme colorada.
No era la primera vez que quedábamos sólos, pero me seguía dando un poco de vergüenza. Nunca se me había dado bien entablar amistad con los chicos, era algo que me costaba muchísimo.
-¿Me vas a decir ya quién te gusta?- Le dije acercándome más a él.
-No.- Sonrió de oreja a oreja. ¡Buaf! Me encantaba su sonrisa.
-Anda... no seas así, que estoy super intrigada. Si no se lo voy a decir a nadie, lo sabes.- Puse cara de cachorrito.
-Bueeeeeeeeeeno, ¿sabes esta muchacha altica, con el pelo rizado, corto, castaño y con flequillo que va a 3ºD de mi instituto?
-¿Alice Looper?- No, no puede ser...
-Sí, es esa, -estaba muy feliz, ¿no se daba cuenta de que iba a romper a llorar?- vamos a salir dentro de poco.- Me mató. No lo podía creer.
-Aaaaaaaaaaaaaaah, mira que bien.- Mostré la sonrisa más falsa de toda mi vida y cambié de tema aguantando las lágrimas.
El tiempo pasó esquivando como fuera el tema de su posible futura novia. Eran las 7,  ya era hora de volver a casa a arreglarme para ir de fiesta con mi clase.
-Lucas, me tengo que ir ya que me tengo que arreglar y de todo.
-Ya, yo también. Os vais de fiesta, ¿no?
-Sí, con la clase. Nos vamos a las balsas o a la discoteca, no sé. ¿Y vosotros?
-Pues nosotros nos vamos a cenar 4ºA y 4ºC juntos y luego a las balsas de botellón, así que a lo mejor nos vemos por ahí.
-Eso espero. Bueno, me voy ya, -le di un abrazo- no bebas mucho, anda.
-No bebas tú, borracha.- Echamos a andar cada uno por su lado.
Cuando llegué llamé a Sus para contarle lo que había pasado.
-¿De verdad, tía? Joder, lo siento mucho.
-No, si da igual...- Le respondí intentado parecer feliz.
-Aunque estemos hablando por teléfono no me engañas, ¿la matamos?
-Que nooooooooo, que estoy bien. Que tonta eres. Por cierto, ¿qué te vas a poner?
-Pues me pondré la camiseta esa que parece de encaje que se transparenta negra con el sujetador negro debajo y la falda negra también, con los tacones negros. ¿Y tú?
-Joder, va a parecer que se te ha muerto el canario.Pues yo me voy a poner... la falda azul marino con los detalles en gris, la camisa blanca, los tacones azules marino y la americana gris.
-Oiiiiis, que mona. ¿A qué hora hemos quedado?
-A las 9 en la plaza para decidir dónde vamos. Llévate por lo menos 15 euros. Adiós gor, que no me da tiempo a arreglarme.
-Venga vale. Adiós cari.- Colgó y fui a ducharme.
Sonó la alarma. 20:45. Terminé de pintarme, cogí mi bolso gris y eché dentro el móvil, pañuelos, las llaves y el dinero y bajé al portal donde ya estaba Sus esperándome. En 5 minutos llegamos a la plaza, que estaba llena de gente. Nos pusimos a buscar a nuestra clase pero era imposible encontrar a alguien entre tanta gente, así que decidimos meternos por en medio y buscar.
-Che, che, che, che.- me agarraron unos fuertes brazos por detrás- ¿A dónde vas tú, preciosa?



Continuará...*